martes, 19 de marzo de 2019

Imperio Bizantino

El imperio Bizantino

El Imperio Romano fue dividido por el Emperador TEODOSIO I (395), quien lo repartió entre sus dos hijos, HONORIO gobernaría el Imperio Romano de Occidente y ARCADIO gobernaría el Imperio Romano de Oriente.
Mientras el imperio Romano de Occidente caía en manos de los pueblos Germanos el Imperio de Oriente Floreció, gracias a sus  buenos gobernantes que  supieron administrar y  organizar el imperio, la estratégica ubicación geográfica en el Estrecho del BOSFORO, entre el Mar Negro y el Mediterráneo.
Cisternas Subterráneas para almacenar agua
La capital del Imperio fue BIZANCIO, que después cambia su nombre a CONSTANTINOPLA, en honor al Emperador CONSTANTINO (330) quien hiciera importantes mejoras en la ciudad construyendo acueductos y cisternas de almacenamiento de agua. Más adelante el Emperador TEODOSIO (439) emprendió la construcción de la famosa triple muralla que protegió la Bizancio del ataque de los bárbaros desde mar o tierra.
Uno de los emperadores que ha sobresalido por su contribución al desarrollo del imperio Bizantino ha sido JUSTINIANO (527) quien con la ayuda de sus generales BELISARIO  y  NARSES logra reconquistar territorios del Norte de Africa, Sur de España, Córcega y Cerdeña.
Justiniano ordenó la recopilación de las leyes romanas en lo que se denominó el CORPUS IURIS CIVILES. Construyo una gran flota marina para proteger los barcos  comerciantes de ataques enemigos y piratas. Hizo uso de la religión cristiana para integrar a los pueblos conquistados. A pesar de eso, JUSTINIANO, no fue muy popular debido a los impuestos y la crueldad, ejemplo de ello fue la masacre de Niká, donde 30,000 ciudadanos fueron asesinados en el hipódromo porque consideraban el pago de impuesto excesivo.
La forma de gobierno en Bizancio fue la Monarquía teocrática, donde el emperador era representante de Dios y podía elegir a los  obispos y patriarcas de la Iglesia Ortodoxa. El emperador Justiniano se casó con TEODORA, de quien se dice había trabajado en un circo, definitivamente no era noble, sin embargo se convirtió en emperatriz y demostró sus dotes de líder al proponer legislaciones que protegían a la mujer, prohibiendo la prostitución forzada, se garantizó los derechos de la mujer en caso de divorcio, y estableció casas refugio para las mujeres abandonadas o desamparadas. 
Justiniano se autonombró jefe de la Iglesia iniciando así un gran conflicto con Roma, desde donde el Papa trataba de  imponer normas y obispos, mientras en Roma el Papa es la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Bizancio la máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa era el Emperador y los Patriarcas.  Este conflicto termina en 1054, cuando se produjo el Cisma de Oriente con la separación definitiva de estas dos Iglesias.
La iglesia Santa Sofia
Durante los siglos VII al IX, se dan las luchas de los ICONOCLASTAS, quienes creían que no debían fabricarse imágenes de Dios o los santos, (eso conducía a supersticiones) porque la gente adoraba  las imágenes y no a lo sagrado, éstos fanáticos religiosos destruyeron muchas obras de arte de la época al enfrentarse a los ICONODULOS. Estas disputas terminaron con el segundo Concilio de NICEA en 787, donde se afirmó  la veneración de iconos.

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